Como te decía en posts anteriores, la presencia en la web se convirtió en un paso ineludible para cualquier emprendimiento, empresa o inclusive hasta profesionales. Y lo primero en que pensamos es en un sitio web y/o blog.
Entonces, si sos nuevo en el tema, tal vez te preguntes cuál es la diferencia, o si debés tener ambos, si un weblog (web+blog en uno) será suficiente, etc. La mayoría de las veces yo aconsejaría de una el weblog.
De hecho, si bien yo tengo mi propio sitio web y mi blog, más de una vez me tienta pasar todo a un weblog. Pero la verdad es que mi sitio web me encanta, siento que me representan los colores la estética, etc. Y el blog, si bien el diseño no comparte esos colores y no hay prácticamente nada que se parezca a mi sitio, sin embargo, siento que sí comparte la filosofía de mi tarea, ¿o acaso hay algo que sea más distintivo de una secretaria/traductora que una agenda? 🙂

A pesar de ser una defensora del weblog, aunque no practicante como viste :P, hay ocasiones en las que creo que optar por el sitio web tradicional, monodireccional, de la web 1.0, es lo indicado.
Como siempre, todo depende de tu emprendimiento: en el caso de las grandes empresas y corporaciones, demás está decir que el sitio web es tan obligatorio como el blog. ¿Pero qué pasa cuando estamos hablando de empresas pequeñas o solopreneurs?
Si tenés un negocio que no tiene base virtual, me refiero a que no te dedicás a nada demasiado tecnológico, por poner un ejemplo, digamos que tenés un negocio de ropa o sos un profesional: abogado, dentista, traductor, etc; y lo único que querés es que la gente te encuentre (a vos y a tu negocio) en la web, con imágenes e información básica de cómo contactarte, pero no un ida y vuelta de comentarios a la vista de todos.
Si a esto le sumamos que no tenés intensiones de cambiar la información con cierta asiduidad. Entonces creo que un sitio web estaría bien para vos. (Si bien, acá de nuevo, surge la posibilidad de montar ese sitio web en una plataforma de blog, aunque vos no lo uses como tal).
Si estamos hablando de que no tenés idea de manejar un programa de diseño, o no te interesa o no te gusta, entonces para mí, en estos casos, es mejor decidirse por un sitio web. ¿Por qué? Porque si tenés el dinero para contratar a un diseñador, podés dar al sitio web la imagen y colores que identifican a tu empresa.
¿Qué pasa si por el momento no querés invertir en un diseñador? Si la computadora no es tu enemiga, tenés algunos conocimientos básicos de diseño, lenguaje HTML (con los programas actuales no es estrictamente necesario pero sí aconsejable) y acceso a programas como Dreamweaver (preferible) o Frontpage/Expression Web, vos mismo podés hacer tu sitio web. Claro que requiere de una inversión de tiempo y esfuerzo, pero lo podés lograr.
También podés hacerlo más fácil buscando entre los millares de plantillas gratuitas la que mejor se adapte al estilo de tu negocio o profesión. Seguís necesitando el acceso a los programas de diseño y el conocimiento básico de los mismos, pero tenés allanada la mitad del camino.
También hay sitios en donde podés construir tu sitio de manera gratuita y super fácil en la web. Siguiendo las instrucciones, con elementos prediseñados, llegás a diseños web bastante buenos.
Si no, siempre tenés la posibilidad de contratar a una asistente virtual para que te oriente con esta tarea e incluso te cree el sitio con alguna de las herramientas que te mencioné, y puede hacerle los cambios a medida que vaya avanzando tu negocio (por ejemplo agregarle testimonios) o quieras cambiar imágenes e información (por ejemplo si tu negocio es una boutique o zapatería y quieras mostrar las tendencias o productos de la nueva temporada).
Vos que opinás: ¿tiene aún cabida el sitio web tradicional en la era de la comunicación 2.0?
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