Brindar un seminario online es (relativamente) fácil.Y gracias a la explosión de nuevas plataformas, cada vez más barato.
En definitiva, esto transforma a los eventos online en la mejor opción, en una de las más económicas sin dudas, para educar a tu audiencia y promover tu negocio de coaching o práctica profesional sin que tengas que salir a vender expresamente.
Pero para sacar el máximo provecho de tus webinars, hay algunos errores que debes estar atento a no cometer.
10 Errores que debés evitar en tus webinars
#1 – Pedir demasiada información al registrarse
Como siempre te digo, lo mejor es ponerte en el lugar del otro; en este caso tu suscriptor o potencial asistente. Seguramente, cuando te interesa un webinar, y vas a la página de registro (squeeze page), no esperás tener que poner más que tu nombre o email, o algún otro dato rápido a lo sumo.
Si comienzan a preguntarte por tu puesto laboral, tu teléfono, dirección, etc. lo pensás 2 veces antes de comenzar a llenar cualquier formulario de registro.
No digo que a veces, en determinadas circunstancias, esto sea necesario. Pero la regla general, son SÓLO NOMBRE y CORREO ELECTRÓNICO.
Pedir más, es perder tu oportunidad de tener un asistente y un suscriptor al que luego habrá ocasión de preguntar más detalles cuando él mismo decida aproximarse a vos.
Consejo: mantener tus requerimientos de datos de registro al mínimo indispensable.
#2 – Problemas con la tecnología debido a la poca práctica
Este es un error que lamento decir muchos continúan cometiendo. Si estás acostumbrado a determinada plataforma y luego cambiás, por favor, por consideración al tiempo de tu público, PRACTICÁ.
La tecnología para webinars y teleseminars es simple pero tiene sus “mañas”. Sobre todo si la usás por primera vez, o aún si ya tenés experiencia con varias plataformas, si dejás de usarlas por un tiempo, todo cambia.
No hay nada peor que esos momentos de angustia cuando no sabés qué botón apretar para mostrar tu presentación en lugar de mostrar tu pantalla, o silenciar a los asistentes o darle voz a un invitado. Y lo peor es que puede evitarse con práctica.
Ya son varias de por sí las cosas que pueden salir mal con la tecnología, agregarle extras tan sólo por falta de ensayo previo es una falta de respeto a tu audiencia.
No intento ser dura, pero recuerdo uno de los últimos hangouts a los que asistí como oyente, en que era clarísimo que no había existido una mínima preparación, eran varios los exponentes y luego de 10 minutos, casi 15, decidí que no podía dar más tiempo a personas que no estaban respetando el mío simplemente por no juntarse un rato antes a ultimar detalles.
Incluso a mí me pasó a pesar de la práctica: en una plataforma nueva, el ensayo transcurrió perfecto sin errores, el botón de silenciar funcionaba perfecto… pero al momento del webinar real, si silenciaba a todos, ¡silenciaba a mi ponente también!
Claro, la plataforma no permitía silenciar a uno por uno, o eran todos o ninguno, como la práctica sólo había sido entre dos, no había aflorado el problema hasta que fue tarde… así que fue bastante azaroso terminar esa jornada con una edición más profunda que la planeada y por supuesto, que llevó más tiempo todo: tratar de callar a los participantes (aunque todos fueron bastante colaborativos y pudimos terminar sin demasiados sobresaltos), continuar y luego una edición completa de audio y video.
Tus asistentes generalmente no saben cómo escuchar sólo con los auriculares o no los tienen, y para peor los micrófonos de las laptops captan todos los ruidos ambiente si no los configurás, y ni hablar cuando hay niños y mascotas en casa 😉
Por todo esto, porque también cometo errores no deseados, siempre intento ser comprensiva, sé que la tecnología nos suele jugar malas pasadas, pero otra cosa es cuando se nota que no hubo una mínima preparación previa. Eso se me dificulta justificar.
Volviendo al tema del hangout por caso, estar esperando a que arreglen algo que si tan siquiera se hubieran reunido 15 minutos antes y verificar todo, hubiera salido muy bien, fue cuanto menos torpe para un grupo que tiene ya experiencia dando webinars.
Consejo: asegurate de hacer como mínimo 1 práctica de ensayo antes (ó 2 ó 3 incluso si es necesario). Y de ser posible, con más de una persona para probar todo a fondo.
#3 – Mala calidad del audio
Dado que en la mayoría de los webinars las personas no te ven (esto cambió con los hangouts, pero aún es válido) y sólo pueden oírte, la óptima calidad del audio es esencial.
Para asegurarte tener buena calidad de audio (y de imagen si estás dando un webinar en el que te mostrás, por caso, un Hangout) asegurate de tener una buena conexión de internet, con muy buena velocidad. Evitá el wi-fi o teléfonos inteligentes o cualquier aparato inhalámbrico (Sí, inclusive evitá tu IPad).
Es ideal que cuentes con un buen headset (micrófono con auriculares y control de volumen/silenciador). Si tu espacio está bien cerrado sin ruidos (con aislante acústico) un buen micrófono como el Audio-Technica ATR-3350 o AT2020 y auriculares.
Consejo: computadora con buena memoria y conectada por cable (conexión “física” a internet).
#4 – Demasiado «autobombo»
Es una pena cómo se malogran algunos seminarios web, en los que a pesar del gran contenido que podría compartir el presentador (pues conocemos su experiencia y conocimientos), el ”ego” irrumpe desde el principio con una introducción interminable que deja poco espacio para tratar el contenido con la profundidad necesaria.
En esos casos, seguramente tu posible asistente preferirá esperar por la grabación para poder adelantar todo el palabrerío de yo-yo-yo-yo 😉
Este es un lado flaco de muchos presentadores, cuidá que no te pase a vos. Es lógico que la gente deba – y quiera – saber quién sos y qué hacés y qué es lo que te hace un experto, pero no debés extenderte más de 2-3 minutos, ese es el tiempo ideal. 5 minutos en una presentación de 45 min. – 1 hora, es el límite de la introducción. Más de eso ya raya lo extenso.
Recordá: “Lo bueno si breve, dos veces bueno”. Nadie se suscribió para escucharte alardear de lo grandioso y espectacular que sos.
Consejo: Mantené tu presentación y biografía introductoria cortita, simple y al grano.
#5 – Demasiado discurso sin valor real
Los teleseminarios sirven para compartir tus conocimientos con tu comunidad, con tu tribu, educarlos en algún tema.
Si querés erigirte en un verdadero líder y reconocido experto, debés entregar contenido real de gran e indiscutido valor. Si pasás por ejemplo, 5 minutos hablando de lo genial que son las redes sociales, algo que es público conocimiento, y luego 45 minutos detallando tu último producto, tu webinar no tendrá los beneficios esperados. Y lo peor, probablemente no te den otra chance, con lo cual te alejarás del éxito que buscás.
Sí, las redes sociales son grandiosas, pero si ese es el tema que te hace experto tendrás que ir más allá, por ejemplo, da detalles de cómo sacar provecho de ellas, da tips aplicables. No temas entregar lo que sabés.
Consejo: prepará tu contenido, dedicale tiempo a la creación de valor real para brindar una experiencia que todos quieran repetir. Asegurate que todo está en su justa medida: buena información de valor y venta o promoción.
#6 – Falta de interacción con la audiencia
Justamente, como no ves a tu audiencia en la mayoría de las ocasiones, necesitás incluir actividades que permitan la interacción con tu público en vivo.
Esta interacción puede darse a través del chat (que está integrado en la mayoría de las plataformas, con mayor o menor atractivo).
Hay algunos que son más vistosos o que incluso permiten que la audiencia no sólo se comunique con vos, el presentador, sino también entre ellos. Esto no siempre es tan buena idea como aparenta, pues en muchas ocasiones aparecen spammers y (malos) competidores que aprovechan tu esfuerzo para darse publicidad.
Otra forma de interactuar es dar micrófono y voz a los participantes, no siempre es posible ni todas las plataformas lo facilitan, pero es bueno dar participación a tu público siempre que sea posible.
También las encuestas cortas en vivo, brindan no sólo la posibilidad de recabar más información de los asistentes acerca de su nivel de conocimientos en tu campo o su interés en lo que vos brindás, sino también de mantenerlos atentos a lo que expones.
Consejo: Permití las opciones de chat. Si tu plataforma no cuenta con ellas, creá un Hashtag para Twitter y/o un posteo en Facebook en el cual la gente pueda responder a tus preguntas de encuesta y a su vez preguntar. Elegí la red social favorita de tu audiencia. Esto redundará en beneficio y mayor exposición para vos.
#7 – No permitir las preguntas y respuestas al final
Si recién comenzás, es muy normal que te sientas nervioso con la posibilidad de no saber responder a alguna de las preguntas o a que te pongan en una situación incómoda porque lógicamente, la atención está puesta en vos.
Pero tranquilizate, sí, siempre habrá alguna pregunta que no sepas responder 😀 En esta presentación o en la siguiente, te pasará.
Pero no importa, nadie espera que sepas todas las respuestas. La gente te apreciará si le decís que hay algo que no conocés o que no estás seguro de cierto dato y más si le decís que enviarás un mail con la respuesta si es algo que sabés pero no recordás, por ejemplo. O que buscarás de alguna manera un dato (que sabés que encontrarás, no te pongas en más compromisos del que se espera).
Consejo: Planificá tiempo para una sesión final de preguntas y respuestas, esto agrega valor a tu conferencia en línea y te asegura asistentes en vivo. Combinada con la estrategia anterior de chat en redes sociales, es excelente 😀
#8 – No comenzar a tiempo
Esto está ligado al respeto que debés tener por el tiempo de tu audiencia en vivo. Como te comentaba en el paso 2 relacionado a la tecnología. Todo puede pasar, pero que pase por una distracción tuya es imperdonable.
Asegurate de estar 15 minutos antes, COMO MÍNIMO, y escribir una corta bienvenida diciendo que comenzarán a la hora indicada. También podés abrir tu micrófono cada tanto para decirlo, o poner una grabación con ese texto, todo dependerá del sistema que estés usando.
Así, si pasa algo justo a la hora señalada, la gente será más comprensiva porque sabe que estabas allí, no es que estabas durmiendo hasta último momento.
Consejo: más que 15 minutos, aconsejo media hora en la que hacer las pruebas finales para tener la certeza que todo está fluyendo como corresponde. Y los 15 minutos antes de la hora, comenzar con las bienvenidas en texto o voz grabada. Podés comenzar y esperar a que lleguen más si a esa hora comienza a haber gran asistencia, pero no más de un par de minutos.
#9 – No ser agradecido
El tiempo es un activo valioso para todos como comentaba en el punto anterior. Comenzar y concluir sin agradecer a los participantes por su tiempo no es reflejo de un buen experto y no genera empatía.
El tiempo de los asistentes a tu webinar es tan importante como el tuyo, y sería una pena que habiendo puesto tanto esfuerzo en prepararte para este evento, pierdas la conexión con tu público por no mostrar agradecimiento.
Por sobre todas las cosas, no cometas el error de creer que son ellos los que tiene que agradecerte a vos por dedicar tiempo para educarlos, definitivamente es al revés, por lo tanto sé agradecido con aquellos que aparecen en vivo en tu webinar.
Solución: asegurate de agradecer su presencia a las personas que te acompañarán en vivo, al comienzo y al final.
#10 – No contratar una Asistente Virtual Técnica 🙂
Está bien, no es tanto como un pecado capital porque has visto a muchos hacerlos solos. Pero sí es una sugerencia muy razonable contar con una VA especializada en webinars, con experiencia hasta cometiendo errores 😉
Aún para los presentadores más experimentados, un simple webinar puede ser abrumador, especialmente por la tecnología. Hay que tener en cuenta, que el software, por más amigable que sea, puede volverse un factor de distracción con todos los detalles a los que debes estar atento, especialmente si me hacés caso e incorporás el chat.
Estar atento a que el audio funcione bien, que se te oiga desde el primer momento, que las diapositivas corren como deberían y no quedaron congeladas luego de la primera mientras que ya avanzaste al punto 11, responder a aquellos que no pueden escucharte o ver la presentación, ver las preguntas que se repiten para hacer un sumario…. ¡Y a esto sumale el dar tu excelente presentación! Es mucho 🙂
Consejo: contratá una asistente virtual especializada en webinars y con experiencia en ellos para ayudarte con toda esa parte extra a tu presentación, ella con la tecnología y vos con tu expertise. Estarás más relajado y solo enfocado en lo importante: brindar tu contenido de manera magistral.
Estos son errores fácilmente solucionables pero pecados casi imperdonables de repetir 😉 Cuidá a tu audiencia evitándolos, pues son pequeñas cosas que podés arreglar para asegurar que tu webinario sea un éxito.
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